La salud renal suele pasar desapercibida hasta que aparecen síntomas importantes. Sin embargo, los riñones cumplen funciones clave como filtrar toxinas, regular la presión arterial y equilibrar líquidos y electrolitos. Aquí entra en escena el especialista adecuado. Entender qué hace un nefrólogo y en qué momento buscar una cita puede marcar una gran diferencia en la prevención y manejo de múltiples enfermedades.
¿Qué es un nefrólogo y en qué se diferencia de otros especialistas?
Un nefrólogo es el médico especialista en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades que afectan a los riñones y al sistema urinario en su aspecto funcional. A diferencia de un urólogo, que se enfoca más en la parte quirúrgica de las vías urinarias, el nefrólogo se centra en la parte médica, metabólica y preventiva.
En ocasiones, los pacientes confunden al nefrólogo con otros especialistas, por ejemplo con el neurocirujano, que se dedicada a la neurocirugía y trata enfermedades del cerebro y del sistema nervioso central. Mientras el neurocirujano trabaja con tumores cerebrales, aneurismas o traumatismos craneales, el nefrólogo se especializa en insuficiencia renal, alteraciones en la orina, hipertensión de origen renal y trastornos electrolíticos, entre muchos otros.
Comprender esta diferencia permite acudir con el profesional adecuado según los síntomas, evitando retrasos en el diagnóstico.
Principales funciones de un nefrólogo
El trabajo del nefrólogo es amplio y abarca desde la prevención hasta el manejo de enfermedades complejas. Entre sus principales funciones se encuentran:
-
Evaluación integral de la función renal
Revisa estudios de sangre y orina, así como presión arterial, antecedentes familiares y enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión. Esto ayuda a detectar daño renal incluso antes de que haya síntomas claros. -
Diagnóstico de enfermedades renales
El nefrólogo identifica padecimientos como enfermedad renal crónica, glomerulonefritis, nefritis, síndrome nefrótico, infecciones urinarias complicadas, litiasis (piedras en el riñón) asociada a trastornos metabólicos, entre otros. -
Diseño de un plan de tratamiento personalizado
Una vez establecido el diagnóstico, el nefrólogo propone un tratamiento que puede incluir cambios en el estilo de vida, ajustes en la dieta, medicamentos y seguimiento periódico. En etapas avanzadas, también valora la necesidad de diálisis o trasplante renal. -
Prevención de complicaciones
Controla factores como la presión arterial, el colesterol, los niveles de glucosa y los electrolitos para evitar complicaciones cardiovasculares y el avance del daño renal. -
Coordinación con otros especialistas
Trabaja de la mano con internistas, cardiólogos, endocrinólogos e incluso con cirujanos cuando se requiere una intervención complementaria. Esa visión integral es clave para pacientes con múltiples enfermedades.
¿Cuándo es recomendable acudir con un nefrólogo?
No es necesario esperar a sentirse muy mal para consultar a un nefrólogo. Hay señales de alerta que indican que es momento de agendar una cita con este especialista.
1. Diagnóstico de diabetes o hipertensión arterial
Las personas con diabetes mellitus o hipertensión arterial tienen mayor riesgo de desarrollar daño renal a largo plazo. Incluso si el paciente se siente bien, los riñones pueden comenzar a deteriorarse en silencio. Un nefrólogo evalúa la función renal con regularidad y ajusta el tratamiento para proteger los riñones desde etapas tempranas.
2. Cambios en la orina o síntomas urinarios persistentes
Es recomendable visitar a un nefrólogo si se presentan síntomas como:
- Orina espumosa o con burbujas (posible presencia de proteínas).
- Orina muy oscura, con sangre o de olor muy fuerte sin causa evidente.
- Disminución notable en la cantidad de orina.
- Necesidad de orinar con mucha frecuencia, sobre todo en la noche.
Estos signos pueden indicar daño renal o alteraciones en los filtros del riñón (glomérulos).
3. Hinchazón de piernas, tobillos, manos o cara
La retención de líquidos es otro signo de alarma. Cuando los riñones no eliminan de forma adecuada el exceso de agua y sodio, el cuerpo comienza a retener líquido y aparece edema. Si la hinchazón es frecuente o se acompaña de dificultad para respirar o cansancio extremo, es importante que un nefrólogo valore la situación.
4. Antecedentes familiares de enfermedad renal
Si en la familia hay casos de insuficiencia renal, diálisis o trasplante renal, existe una mayor probabilidad de desarrollar padecimientos similares. El nefrólogo puede indicar estudios periódicos para vigilar la función renal y detectar problemas de forma precoz.
5. Pacientes con enfermedad renal crónica conocida
Quienes ya tienen un diagnóstico de enfermedad renal crónica necesitan atención estrecha por parte de un nefrólogo. Este especialista se encarga de:
- Vigilar la progresión del daño renal.
- Ajustar medicamentos que afectan la función del riñón.
- Evitar descompensaciones, anemia, alteraciones del calcio y del fósforo.
- Preparar al paciente en caso de requerir diálisis o trasplante.
¿Qué esperar en la primera consulta con un nefrólogo?
En la primera visita, el nefrólogo realiza una historia clínica detallada. Pregunta por síntomas, antecedentes personales y familiares, hábitos alimenticios y estilo de vida. También revisa estudios previos como análisis de sangre, orina y, si los hay, ultrasonidos o tomografías.
Es frecuente que el especialista solicite estudios complementarios para conocer la función renal con mayor precisión:
- Creatinina sérica y tasa de filtrado glomerular estimada.
- Examen general de orina y microalbuminuria.
- Perfil metabólico para revisar electrolitos, glucosa y lípidos.
- Estudios de imagen en caso necesario.
Con base en esta información, el nefrólogo definirá si existe un problema renal y qué tan avanzado está, además de establecer un plan de seguimiento.
Cómo cuidar tus riñones y aprovechar mejor la visita con el nefrólogo
Para obtener el máximo beneficio de la consulta con el nefrólogo es útil llevar una lista de medicamentos que se toman de forma habitual, resultados de estudios recientes y un registro de la presión arterial si se cuenta con uno. También conviene anotar las dudas principales para resolverlas durante la cita.
Además, algunas recomendaciones generales para proteger la salud renal son:
- Mantener una buena hidratación, salvo que el especialista indique lo contrario.
- Controlar la presión arterial y la glucosa.
- Evitar el consumo excesivo de sal y alimentos ultraprocesados.
- No automedicarse, especialmente con analgésicos de uso prolongado.
- Realizar actividad física de forma regular.
El nefrólogo es el aliado ideal para adaptar estas recomendaciones a cada caso, de acuerdo con la edad, las enfermedades previas y los resultados de laboratorio.
Cuidar la salud renal implica actuar de forma preventiva y buscar apoyo médico en el momento adecuado. Saber qué hace un nefrólogo y reconocer cuándo visitarlo es un paso importante para mantener el bienestar general y evitar complicaciones que pueden afectar seriamente la calidad de vida.
![]()