El cáncer de mama es una de las enfermedades más frecuentes en el mundo, y cada año miles de personas reciben este diagnóstico. La cirugía es una de las opciones más utilizadas en el tratamiento de esta enfermedad, pero no siempre es la única alternativa. El tipo de abordaje depende de varios factores, como el estadio del cáncer, el tipo de tumor, la presencia de metástasis y la respuesta del paciente a otros tratamientos.
Existen diferentes enfoques terapéuticos para tratar el cáncer de mama, y cada caso es evaluado de manera personalizada por el equipo médico. Algunas pacientes pueden necesitar una combinación de cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapias dirigidas, mientras que otras pueden recibir tratamientos menos invasivos.
¿Cuándo se recomienda la cirugía en el cáncer de mama?
La cirugía es una de las estrategias más comunes para tratar el cáncer de mama en sus primeras etapas. Su objetivo principal es eliminar el tumor y reducir el riesgo de que la enfermedad vuelva a aparecer. Sin embargo, no todas las pacientes requieren una intervención quirúrgica de inmediato.
Cáncer de mama en estadios iniciales
Cuando el cáncer se detecta en una fase temprana, la cirugía es una opción prioritaria. En estos casos, se pueden realizar procedimientos como:
- Mastectomía total o parcial: Se extirpa toda la mama o solo una parte afectada por el tumor.
- Lumpectomía: Se extrae únicamente el tumor y una pequeña cantidad de tejido circundante, permitiendo conservar la mayor parte de la mama.
Estas cirugías suelen ir acompañadas de radioterapia para eliminar posibles células cancerosas residuales.
Cáncer de mama localmente avanzado
En los casos en los que el tumor ha crecido y se ha extendido a los ganglios linfáticos, se puede optar por una cirugía después de haber reducido el tamaño del tumor con quimioterapia o terapia hormonal. Este enfoque, conocido como tratamiento neoadyuvante, permite que la cirugía sea menos agresiva y más efectiva.
Alternativas a la cirugía en el tratamiento del cáncer de mama
Aunque la cirugía es un método eficaz, no es la única opción disponible. En algunos casos, los médicos pueden recomendar otros enfoques terapéuticos, ya sea como tratamiento principal o complementario.
Terapia hormonal en cáncer de mama con receptores hormonales positivos
Para los tumores que dependen de las hormonas para crecer, la terapia hormonal es una alternativa que puede retrasar o evitar la necesidad de una cirugía. Medicamentos como tamoxifeno o inhibidores de aromatasa ayudan a bloquear la acción de los estrógenos, reduciendo el crecimiento del cáncer.
Esta estrategia se utiliza principalmente en pacientes posmenopáusicas o en aquellas que no son candidatas a cirugía debido a condiciones médicas preexistentes.
Quimioterapia como tratamiento primario o complementario
En ciertos casos, la quimioterapia puede ser la primera opción terapéutica para reducir el tamaño del tumor antes de considerar una cirugía. Este enfoque se recomienda en:
- Cáncer de mama inflamatorio.
- Tumores grandes que afectan la piel o la pared torácica.
- Casos en los que la cirugía inicial no sería viable.
Si la quimioterapia logra eliminar completamente el tumor o reducirlo significativamente, la cirugía podría no ser necesaria en algunos pacientes.
Radioterapia como tratamiento exclusivo en algunos casos
La radioterapia se usa comúnmente después de la cirugía, pero en pacientes que no pueden someterse a una intervención quirúrgica, puede ser el tratamiento principal. Este enfoque se emplea en personas mayores o con problemas de salud que dificultan la cirugía.
La radioterapia ayuda a destruir las células cancerosas en la mama y puede ser una alternativa eficaz cuando el tumor no se ha diseminado.
Terapia dirigida en cáncer de mama HER2 positivo
Los tumores que sobreexpresan la proteína HER2 pueden tratarse con terapias dirigidas, como trastuzumab (Herceptin) y pertuzumab (Perjeta). Estos medicamentos bloquean el crecimiento de las células cancerosas y, en algunos casos, pueden hacer que la cirugía no sea necesaria.
Cuando los tumores responden bien a estas terapias, se puede considerar un enfoque menos invasivo y evaluar si la extirpación quirúrgica es imprescindible.
Inmunoterapia en cáncer de mama triple negativo
El cáncer de mama triple negativo es uno de los tipos más agresivos y con menos opciones terapéuticas tradicionales. Sin embargo, la inmunoterapia ha demostrado ser una alternativa prometedora en ciertos casos.
Medicamentos como atezolizumab y pembrolizumab activan el sistema inmunológico para atacar las células cancerosas. En algunos pacientes, la respuesta es tan efectiva que la cirugía puede no ser necesaria o postergarse hasta evaluar la evolución del tratamiento.
¿Qué sucede en los casos de metástasis?
Cuando el cáncer de mama se encuentra en una etapa avanzada y se ha diseminado a otros órganos, el objetivo del tratamiento cambia. En estos casos, la cirugía no suele ser la primera opción, ya que la prioridad es controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
Las estrategias más utilizadas incluyen:
- Terapias sistémicas como quimioterapia, terapia hormonal o terapias dirigidas.
- Radioterapia para aliviar síntomas en áreas afectadas por la metástasis.
- Cuidados paliativos para mejorar el bienestar del paciente.
En algunas situaciones, la cirugía puede recomendarse para aliviar síntomas o eliminar tumores que causan complicaciones, pero no es el tratamiento estándar en casos metastásicos.
Decisión médica y personalización del tratamiento
Cada paciente con cáncer de mama enfrenta una situación única, y la decisión de someterse a cirugía debe tomarse en conjunto con el equipo médico. Se deben considerar aspectos como el tipo de cáncer, la respuesta a otros tratamientos y las condiciones generales de salud de la persona.
Si bien la cirugía es una opción eficaz en muchas circunstancias, no siempre es la única alternativa. Con los avances en oncología, cada vez hay más opciones terapéuticas disponibles que permiten tratar el cáncer de mama de manera más personalizada y menos invasiva en ciertos casos.

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